16 de diciembre de 2010

Un cuento

Desconcierto en la mirada. La sensación de tener previsto todo aquello imprevisible nutre mi pensamiento de una forma fulgurante, mientras lo preciso se vuelve totalmente impredecible. Es el propio desconcierto el que se fija en mí y me muestra su rostro con una mueca irreverente. El todo que me acompaña se vuelve insulso e inocuo a la par, mientras observo el destino desde la copa de un árbol. La firmeza de esta desazón me oprime el pecho como si quisiera salir de él y aplacar de un golpe cuanto rodea mis fueros internos. Hace frío en mi interior y el ambiente gélido juega pícaramente con mis sentidos, que arden poseídos por Luzbel a la espera de un gesto que los haga estallar y se dejen llevar de forma inmediata por los más oscuros deseos de una mente. Aquéllos mismos que provocan el desconcierto en la mente perturbada de un psicokiller antes de cometer un acto atroz irreconocible posteriormente ante cualquier pregunta sobre los hechos.
-          - No recuerdo nada.
Abogaré si hace falta ante el propio altar, tanto del Altísimo como del mismísimo Diablo, si es que cualquiera de los dos fueran capaces de existir y capaces de preguntarme por qué. Seré incapaz de afirmar qué me lleva a tal situación que jamás ha ocurrido, en un lugar que es inexistente, mediante un pensamiento jamás realizado, sobre una situación totalmente irracional.

2 comentarios:

Mar dijo...

Que espesa debo estar..!

No he entendido el mensaje que quieres transmitir...

En fin me tomaré un cafelito, esperaré a estar mas despierta para poder volver a leerlo y así enterárme mejor!

Mira que escribes raro eh!

Alice dijo...

Qué es real?? Aquello que puedes sentir, oler, saborear y ver es real o son meras señales eléctricas interpretadas por tu cerebro?. Cuando cierras los ojos, el mundo no desaparece, así que puede existir un mundo fuera de nuestra propia mente y un mundo en nuestra mente, en el que el resto del mundo se contente con soñar todo aquello que tu haces realidad, mientras tu mente recuerda a tus sentidos que se acuerden de olvidar.No se puede negar que ha pasado lo que nunca ha ocurrido.