24 de septiembre de 2010

El hierro de las espinacas, un timo!

Siempre nos han dicho que comiéramos espinacas que tenían mucho hierro y nos pondríamos fuertes como Popeye, el marinero más famoso para los niños, que engullía espinacas en lata antes de pelear con Brutus. Y es una falacia víctima de una coma.

En 1870 el Dr. Von Wolf analizaba una hoja de espinaca y dictaba a su ayudante los registros vitamínicos de la planta y debido a una mala colocación de la coma, transformaron en 30 los 3 miligramos de hierro por cada 100 gramos que en realidad contiene la hoja. Este error se ha mantenido durante años, provocando que la venta de espinacas aumentara un 33% durante el periodo de máxima popularidad de Popeye y un inusual incremento de anemias ferropénicas entre los niños: cuantas más espinacas comían los niños de la generación Popeye más déficit de hierro tenían en la sangre. El dato erróneo no fue corregido hasta 1937, pero la creencia popular se mantiene a nivel mundial incluso en nuestros días.

Moraleja: los dibujos nunca deberían ser una fuente muy fiable de información científica y no podemos dejar sin revisión alguna el trabajo de nuestros ayudantes…

1 comentario:

historiadora dijo...

Tengo que reconocerte el mérito a explicar una historia verídica y a la vez "fantástica" sobre una cosa tan banal como las espinacas, para acabar relacionándolo con la confianza y delegación para con los colaboradores que uno puede tener en su profesión.

Eres muy hábil. Ya lo sabes.

He de decirte que prefiero el término "colaboradores" antes que el de "ayundantes" pues me recuerda mucho a las sociedades gremiales de la época medieval y en cierta manera veo en el término un ápice de submisión.

Procura entender a tus superiores... e igual entiendes más a tus colaboradores...

De todas maneras, ayer deborabas las espinacas crudas!!! jajajaja