Alguien dijo que correr es de necios. Que correr es de cobardes. Por muy pocas cosas cambiaría yo el placer de sentirme realmente libre y de que sólo yo existo en ese momento. Si a esa extraordinaria sensación le añadimos un poco de lluvia se crea el tándem perfecto.
Anoche llovía y sentí la necesidad de salir a correr de nuevo. La percepción de los sentidos aumenta hasta cotas muy altas a la vez que sólo percibes tu jadeo constante y el impacto de la zapatilla en la calzada. Cada paso, cada metro y cada kilómetro recorrido te parece el último, y por ello lo aprecias como si el asfalto de golpe pudiera acabarse frente a tus pies. Y por eso mismo no queda más remedio (bendito remedio) que entregarse al máximo sobre él. Acaricio cada paso e impacto siempre que puedo en los charcos con la intención de que salten turbados a mi paso, que recuerden que he estado allí y que dejo mi huella. Como en todo lo que me propongo, trato de entregarme con la plenitud de mis sentidos a cada gesto, a cada movimiento, por la sencilla razón de que el mañana a lo mejor no existe, y todavía me queda mucho por hacer y aprender.
3 comentarios:
Hola, he tratado de correo electrónico usted en relación con este post, pero aren? T capaz de llegar. Por favor, un e-mail cuando recibe un momento. Gracias.
Buenas anónimo,
Si no me indicas cómo puedo ponerme en contacto contigo no podemos entendernos.
Gracias!
Quien dijo eso no entiende que no se corre por huir, sino por encontrar. Estirar el cuerpo a un límite que el mente quiere imponer y por un día, ignorar el mente y estirar un poco más el cuerpo, sólo un poco más y por un instante, el cuerpo sin límites, el cuerpo siente, pero no se duele, está alerta, despierta, puede con todo. Great Blog!. Hope you don´t give up running.
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